viernes, 15 de julio de 2011

LAS BICICLETAS SON PARA EL VERANO.

No sé por qué a las mujeres les va más la playa que la montaña.
Dos días en el interior y ya sale la cantinela; entonces ¿cuándo vamos a ir a la playa?. Si no vamos ahora en verano no sé cuando vamos a ir.
- Bueno que sí,  pero en bici.  - ¿Cómo?.
- Que yo me voy en la bicicleta (hay que adaptarse).
Ya eran más de las diez de la mañana. Me metí un buen desayuno y empecé a barajar las posibilidades que tenía para llegar a la costa. Estamos  a unos treinta y tantos km  de la playa más cercana.


A las once y media me enfundo los culotes y me voy hacia la Tejeda, para pisar unos cuantos caminos  antes de entrar en el asfalto. Sabiendo que no es  la ruta más corta y que la playa a la que vamos no es la más cercana.


Desde el verano pasado no pedaleaba por estas pistas de montaña y lo disfruté como si fuese la primera vez. En el  Alcázar repuse agua, aunque no era necesario, pero cómo no hacía una pausa para deleitarme con esas vistas  y ese agua tan fresca.
Encaro hacia Alcaucín ( en la falda oeste de la Tejeda, plena Axarquía) y luego al Puente de Don Manuel. Aquí es ya todo asfalto, de caminos llevo  más de 25 km. Pero para recordar lugares que se alejan mucho más en el tiempo, me voy por la carretera antigua de Vélez, más tranquila y atractiva para las dos ruedas. 
Y cómo no se me va a venir a la cabeza Emilio Rubio, cuando contaba que más de una vez había   ido a Vélez Málaga con la bicicleta a por una sandía. Le encantaba comer, y le compensaba meterse 70 km por caminos de tierra (la carretera no estaba asfaltada), la bici, por supuesto, sin cambios, y luego supongo que subía todo el puerto andando. Aunque detrás debía haber un espíritu aventurero bastante fuerte, y mientras arreglaba los zapatos la imaginación volaría alto. 


En Torre del Mar me voy costeando por la carretera de la playa hasta Almayate. En  total salieron 53 km.
El resto es ya como un día de playa normal. Guardo la máquina en el coche (espero que me lleven de vuelta y no tenga que subir los 900 m de desnivel) y me pego un baño. Y qué sorpresa, venimos huyendo de la piscina porque hace dos días que se ha llenado y está el agua congelada ( al llenarla de pozo está más fría). Pero la del Mediterráneo debieron llenarla esta mañana porque  no había nadie metido en el agua. 


Me repuse del  susto con unos pescaditos, entre ellos, obligatoriamente, unos espetos de sardinas, y alguna cerveza en el  chiringuito del Niño Elvira.
Saludos traileros. Jes.

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