miércoles, 25 de mayo de 2011

Ultrafondo. 101 km Ronda.


 Ya soy un ultrafondista de distancias de tres cifras.

La experiencia de ultrafondo que tengo fue del pasado verano en la SNUT (Sierra Nevada Ultra Trail) en autosuficiencia donde cruzamos desde Capileira a La fuente del Hervidero, en la Zubia, subiendo al Mulhacén, Veleta, y un bucle en la Boca de la Pescá. Os dejo la dirección de la crónica por si queréis leerla:

Pero el objetivo de esta temporada era más ambicioso. Este año quería correr 100 km. Los famosos 101km de Ronda en 24 h. Un reto. Posiblemente alcanzable pero con muchísimas dudas.


Cuando te decides a comunicar tus intenciones, empiezan a lloverte comentarios como:
  • ¿100km? Tu estás chalao.
    Esta suele ser la primera observación o más que nada un diagnóstico psicológico o una sentencia.
    Suele ir seguido de:
    - Pero, sin parar?. 100Km corriendo sin parar?.
    Hombre, hay avituallamientos para ir bebiendo, comiendo.
    Luego suele venir la segunda:
  • Bueno y eso en cuanto tiempo lo puedes hacer ?.
    Pero claro, el objetivo es hacerlo. Porque hacer esa distancia ya te hecha para atrás. Pero te fuerzan a que des un tiempo. ¿Y que tiempo le digo?, yo que no estoy seguro si voy a poder hacerlo o no, y encima me pongo un tiempo al que me voy a obligar a hacer. Y el día de la prueba el que estará luchando por mantener un ritmo y seguir adelante eres tú. El susodicho no se acuerda ese día ni que estás corriendo la prueba.
    El objetivo es terminar, ya se irá viendo como va el día.
Pero luego viene el comentario final y que te deja un poco pillado.
  • 100 km a 10 km por hora, son 10 horas. Porque una persona anda a unos 6 km la hora, a poco que corras te pones en 10 y eso son 10 horas. Pues está bien, pegarse 10 horas corriendo.
Sí, esto te lo puede decir cualquiera, incluso alguien que no hace ningún tipo de deporte. Y entonces empiezas a pensar que calladito estás más guapo.
Pero, claro, lo de contarlo parece que es una forma de creértelo, de hacerlo firme. Como cuando te quieres quitar de fumar y te dicen los expertos: debes decírselo a las personas cercanas. Porque así das a conocer tu compromiso y es más difícil echarte atrás.

Con el objetivo fijado, los entrenamientos y otros muchos momentos giran entorno al día D. Es un pensamiento que te aborda cuando menos te los esperas.
Tomas nota de gente experimentada, hay que llegar al km 50 con ganas de correr, debes ir siempre sobrado, no puedes apurar, la carrera empieza en la segunda mitad, lo que hagas al principio determinará el resto....
Y a veces planea la sombra de la derrota. ¿Seré capaz de hacerlo?. Porque hay infinidad de motivos que pueden dar al traste con la carrera. Una lesión ( antes o durante la prueba), una mala planificación, falta o exceso de preparación (sobrecarga), mala regulación del ritmo, hipoglucemia, deshidratación, la meteorología .......... y un largo etcétera.
Afortunadamente en mi Córduba Trail tengo ultrafondistas experimentados que me han dado confianza y he absorbido como una esponja sus comentarios, observaciones y recomendaciones.
Metido en faena, llega el día clave. Me acompaña mi mujer e hijo, además de un nutrido grupo de cordubeses. Estamos todos juntos en un par de casas que hemos alquilado en Atajate ( a unos 14 km de Ronda).
El día se presenta lluvioso, pero las previsiones son que mejorará a lo largo del día.
La salida para los corredores es a las 11 de la mañana ( un poco tarde para mi gusto), los ciclistas y duathletas salen media hora antes.
Poco antes de salir.
Álvarez (gorra blanca), Toni, Argote, F. Serrano y yo.
El primer tropezón lo doy dos o tres días antes cuando repaso la web de la prueba y me da por mirar el perfil. Esto no es llano Curro. Tiene más de 2200 metros acumulados de subida ( positivos) y otros tantos negativos ( de bajada). Los desniveles más destacados se sitúan en cuatro picos, en los kilómetros 33, 52 , 80 y 95. Subidas que a veces se prolongan más de 6 km y luego vienen las bajadas, algunas en piso de hormigón, que le hacen poca gracia a mis doloridos cuádriceps.


Pues sí, puede sorprender que te pegues unos meses preparando una prueba de este tipo, algo que recordarás toda tu vida, tu primer 100 km ( porque espero hacer alguno más), y no se te ocurra mirar el perfil, recorrido, avituallamientos, etc... hasta unos días antes. Y yo dándole de lado a las cuestas, entrenando en llano y asfalto, para ir habituando mis músculos y articulaciones a tan castigador piso.
Éste fue uno de lo errores que cometí, porque hubo más, pero de todo se aprende. Seguro que en el futuro todos formarán parte del decálogo de Jesús para preparar y correr un ultra.
Pasando por Arriate.
Durante la carrera fui muy reservón. Aunque los primeros 30 km recuerdo que fui en todo momento adelantando gente, algo que me mosqueaba. Porque seguramente me estaba yendo de ritmo.
No voy a dar tiempos, porque para mí la aventura era terminar. Pero a mitad de carrera llevaba unos 18 km que compartía batalla con Juán Miguel ( próximo cordubés), y el tiempo era bastante bueno. Pero en el 51, sufrí unos calambres en los cuádriceps bastante fuertes. Justo al pasar Alcalá del Valle, y para aliviar los dolores viene un fuerte repecho, corto pero respetable. Con ganas de llegar hasta Setenil donde espero contactar con mi equipo, fue quizá el tramo más penoso.
Pudo ser debido a que llegué cargado de kms a la prueba, deshidratación, falta de adaptación a las cuestas, cansancio muscular, .......... yo qué sé.
En Setenil, con mi hijo y Álvarez ya lesionado.
Después de Setenil mejoré bastante. Tengo que destacar el avituallamiento del km 65 por su capacidad de transmitir ánimo y energía a todo el que pasaba por su territorio.
Llegando al final de la subida antes del acuartelamiento nos coge Fernando Serrano ( la máquina de subir, como siempre de menos a más, devorando cadáveres en el último tramo) y eso que llevaba días llorando:
-¡no estoy bien¡,
_¡ Toy muy flojo¡,
  • ¡ A ver si termino¡

Venga hombre, ya no te creo más. Cuentista, que eres un cuentista. (ja, ja).

En la bajada sufro de nuevo con los cuádriceps.
Km 77, Acuartelamiento de la Legión.
Nos reponemos con una sopita y un poco de arroz ( tampoco había mucha variedad). Venga que hay que subir a la ermita. Al hacer cumbre me habían sacado unos metros y al verlos mejor que yo, les digo que sigan ellos. Yo debía hidratarme bien en el repostaje al final de la bajada de la ermita. Como naranja, isotónica, agua, voy un poco deshidratado ( el pis el primero o segundo de toda la carrera, no lo recuerdo bien, y de un color amarillo canario).
Ya van más de 85 km y me encuentro suelto en la bajada por carretera hacia Benaoján donde adelanto a bastante gente. Paso el pueblo y salimos del asfalto. Al llegar a una aldea donde hay que cruzar un río, comienza un bonito sendero donde tengo que encender el frontal.
La vuelta al acuartelamiento la hago con otros tres compañeros que según me dicen llevamos adenlantándonos más de media carrera. Uno de ellos es veterano en esta batalla y ésta es su cuarta pelea contra los 101, pero los otros tres somos neófitos en estos menesteres. Cuando lo escucha el curtido corredor, nos muestra su admiración por el tiempo que podemos llegar a hacer en nuestra primera gesta de este calibre.
Seguimos con la tónica de toda la carrera, se me van, y los cojo en la última cuesta. Con unas vistas preciosas del puente sobre el tajo, iluminado, parece que te va a caer encima.
En éste tramo común para nosotros y los ciclistas, adelanté a varios que andan subiendo los últimos repechos, supongo que serían duathletas.
En la cuesta del cachondeo me quedo con uno de los compañeros anteriores que tiene problemas, y voy notando el subidón. Al llegar arriba me dice que siga yo que no lo espere más.
En las calles de Ronda todavía hay ambiente, y corro las suaves cuestas que a estas alturas se presentan como paredes. Me voy animando y cojo a dos atletas que iban delante. Entre los gritos de ánimo de la gente, y uno de los compañeros que quiso plantar un poco de cara, cogí un pico de adrenalina que pase por el puente del tajo poseído.
No sabía cuanto faltaba para meta, pero me moría de ganas de ver a mi hijo y mi mujer que me estaban esperando.
He terminado eufórico, emocionado y dolorido.
¡ He terminado ¡. He conseguido el objetivo. Me lo tengo que repetir porque no me lo puedo creer.
 El nivel del Córduba Trail ha sido bastante alto y como guinda
el primer puesto senior que se llevó nuestro amigo Pablo.

Después de 11 años sin correr, ahora aún no llevo dos años corriendo, cuando descubrí esa modalidad tan apasionante como es el trail (correr por montaña). Y seis meses antes de la prueba estaba con una anemia brutal después de una hemorragia digestiva que me dejó fuera de combate durante bastante tiempo. Es curiosa la capacidad de recuperación y de adaptación que tiene el organismo.

La penúltima cena.
F. Fdez, Curro, MedioYo, Toni, Álvarez, A. Bernardino, Cecilia, Mario y R.Fdez.

Entre ciclistas, duathletas y corredores estábamos inscritos 7000. Hemos terminado la prueba a pie 2000 ( para ser más exactos 1999, dentro del tiempo que nos dan: 24 h).
En la clasificación se ve que es una prueba de “puretas”, además de una clara mayoría de veteranos sobre todo de categoría A (40 a 50 años), son los que hacen mejores tiempos y copan los primeros puestos de la general con gran diferencia con respecto a los senior ( que son más jóvenes). Será el temple que da la edad, el control del ritmo, la regulación, contra la fogosidad de los “jóvenes” senior (hasta 40 años), que parece mostrarse como determinante en carreras de este tipo. Siempre hay excepciones como la de nuestro Pablo Bonilla. 
También es de entender que a los jóvenes les atraigan carreras más cortas y rápidas.

La experiencia ha sido muy enriquecedora. Aunque me he recuperado muy bien a nivel muscular, antes de lo que esperaba, sigo creyendo que es una burrada. A nivel físico es un exceso aunque te hayas entrenado para ello.
Claro que a nivel interior, en el campo espiritual, es como si haces una meditación intensiva que te lleva a una limpieza extrema; algo muy difícil de expresar.
Lo que me hace reflexionar es de dónde procede y de dónde se alimenta esa fuerza que te hace continuar pese a estar en rojo todos los indicadores del cuadro de máquinas, siguen parpadeando y suenan las alarmas indicando que hay que parar, SOS, peligro, desintegración,.... pero sigues. Esa fuerza contranatura, ilógica, persistente.

Fernando Fdez., Curro, Pablo, R. Argote, Fer Serrano, R.Álvarez, Jesús, Mario, 
Rafa Fdez y  Fali.

Saludos traileros. Jes.

No hay comentarios:

Publicar un comentario